El salvador es Jesús

En octubre de 2010 vivimos, a través de la televisión, la tragedia de treinta y tres mineros: treinta y dos chilenos y uno boliviano.
Los mineros, que habían quedado atrapados en la mina de san José, en el desierto de Atacama, en Chile, no podían salvarse solos. Estaban en el interior de la tierra, a muchos metros de profundidad, sin medios para poder salir de allí con vida. Y los que estaban en la superficie, los que podían ver el cielo, los veían también a ellos a través de la técnica moderna, y estaban apenados por su suerte.

 

 

Eso mismo, o mejor, parecido, pasaba en el mundo desde que se impuso la ley de la rebeldía y el pecado: los hombres no podíamos salvarnos solos, estábamos encerrados en nuestras culpas y en nuestro orgullo; y desde el Cielo nos contemplaban y se apenaban de nuestra suerte.
Pero sabemos lo que pasó con los mineros. Desde arriba prepararon una cápsula y, el día 13 de octubre, un ingeniero salvador, bajó a las profundidades y se reunió con ellos, se hizo como uno de ellos y los salvó, los fue salvando uno a uno.

Es un ejemplo visible de lo que hizo Dios para salvarnos a nosotros: se revistió de carne, se hizo uno de los nuestros y bajó a encontrarnos para traernos la salvación. Jesús vino a eso, bajó a esta tierra para morir en una Cruz por nosotros, en nuestro lugar, y así, salvarnos. Y además, para que nos enteráramos bien, estuvo un tiempo en esta tierra, anunciándonos esa salvación, el Reino de Dios, de misericordia, de perdón, de felicidad para todos los hombres. Y este Reino se nos ofrece gratis; sólo hay que alargar la mano y cogerlo.

Jesús bajó a esta tierra para morir en una Cruz por nosotros, en nuestro lugar, y así, salvarnos

Dios satisfizo su justa justicia en Sí mismo; a nosotros nos dejó el arrepentimiento, la contrición y el deseo de acoger y agradecer esa salvación.
¡Es impresionante! Por eso se ha dicho que la cruz es la mejor definición de Dios, porque Dios es amor, y nada como la Cruz demuestra el amor que Dios nos tiene. No es extraño que haya a quienes les cueste creerlo.

 

Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos. (Jn 15,13).

La cruz se apoya en la tierra y llega hasta el cielo, es el puente que nos permite cruzar el foso. El salvador es Jesucristo. Sólo tenemos que pedírselo.

Si descubres a Jesús, si te encuentras de verdad con Él, verás que lo encuentras todo. No te fijes en tu vida, ni en la dificultad de cambiar, mírale a Él, porque con Él todo cambia, todo es fácil, todo es alegre y bello. ¡Qué suerte tenemos sus amigos!

Vamos a usar la imaginación. Imagina que estás en el corredor de la muerte. Mañana te ejecutan, y no hay nada que hacer. Te quedan sólo pocos minutos de vida. Quisieras dormir para olvidar, pero no puedes: tus crímenes, tus egoísmos, el mal que has hecho a otros y el bien que no has querido hacer, se agolpan en tu cabeza. De repente, se abre la puerta. ¡¿Ya?!
¡No! ¡Has sido indultado! Otro se ha declarado culpable de tus crímenes. Será Él quien muera. ¡Tú, vivirás!
Ese es Jesús. Así te ama Dios. Ha subido a la cruz por ti, por mí. Ese acto de amor sólo pudo ocurrírsele a Él.
Dios ha de ser justo, si fuera débil y no hiciera justicia, no sería Dios; el pecado, el mal, la rebeldía, necesita reparación. Pero, como Dios además de justo es amor, colmará esa justa reparación con su increíble amor por nosotros. Será Él mismo quien repare en nuestro lugar. Nosotros, los culpables y Él el castigado. Jesucristo, Dios, ha muerto y resucitado por cada uno de nosotros, por ti. ¿Podrás dudar de su amor?
Por eso, Él es la única solución dada por Dios para todos los hombres. Solo Él ha superado el foso del pecado y de la muerte y nos ha recuperado la vida feliz para siempre. A nosotros sólo nos queda buscar la amistad de Jesús con sincero corazón. La esperanza se ve colmada y tu vida vuelve a tener sentido. Y esa amistad no defrauda nunca y llena la vida de todo lo más bello que puede existir en el mundo.

Él es la única salvación,
el único SALVADOR
para toda la Humanidad.

¿Quieres arrepentirte de tus pecados? ¿Vas a acoger la salvación que Dios te ofrece? ¿Quieres alcanzar el paraíso, esa tercera fase de tu vida con felicidad?

Fotografía mineros de EDO BERTRAN en Foter.com